Alberto Fernández elegiría a Ricardo Alfonsín, hijo del primer presidente de la democracia recuperada y férreo crítico de la alianza que su partido, la UCR, realizó con el PRO y la Coalición Cívica, como el embajador argentino en España.
Si bien todavía no es oficial, el nombre de “Ricardito”, como le dicen en el partido, es el que cumple con el perfil que las altas autoridades de Cancillería vienen adelantando para conducir la diplomacia que trabaja en la sede de Fernando El Santo, a dos cuadras del distinguido Paseo de la Castellana.
Desde Berlín, el Presidente llegará mañana por la mañana a Madrid, donde solo estará nueve horas. La delegación se dirigirá a la residencia del embajador, aunque no se quedará a dormir porque a la noche partirá rumbo a París. A las 18.30 hora argentina (13.30 de España) tendrá la reunión con el jefe de Gobierno español, con quien ya mantuvo un encuentro antes de asumir la Presidencia, en un viaje que realizó entre la primera y la segunda vuelta electoral.
Trascendió que el encuentro sólo tendrá cobertura gráfica, sin preguntas periodísticas, no porque se haya negado la delegación argentina, sino porque las últimas visitas internacionales provocaron gran debate mediático, como fue el caso de Juan Guaidó (que no fue recibido por el titular del Ejecutivo español) y la vicepresidenta de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, que oficialmente no estuvo, aunque sí habría aterrizado su avión.
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