Los datos se desprenden de un informe privado que relevó la situación de los hogares argentinos respecto de deudas contraídas en el ultimo tiempo y mostró que casi el 30% del total son con tarjetas de crédito, seguidas de deudas con familiares y bancarias. Sobre estas últimas, a su vez, en su mayoría tienen que ver con la refinanciación del pago de tarjetas (en el 37% de los casos). Un punto no menor, al menos 1 de cada 10 hogares con deudas sufre actualmente el embargo de sueldos, de bienes y/o bloqueos de cuentas.
Asimismo, si se toman en cuenta las últimas estadísticas oficiales sobre ventas en supermercados se observa un sostenido incremento de los pagos con tarjetas de crédito que llegaron, en mayo, a un porcentaje máximo para toda la serie, mostrando el creciente uso de este medio de pago en las compras de la canasta básica familiar: superan el 44% de las compras. Esto muestra el uso más frecuente del financiarse con la tarjeta de crédito para llegar a poner comida en la mesa y estirar el fin de mes, un círculo vicioso que puede volver a esas deudas impagables.
Sobrevivir endeudados
En una coyuntura donde la desaceleración de la inflación -tras la mega devaluación del 118% de diciembre- es celebrada por el gobierno nacional, la recesión economía sobre la cual se sostiene esa baja general de los precios, golpea con fuerza el nivel de actividad y se ata a un magro desempeño de los ingresos de la población, con su consecuente impacto en el consumo de bienes y servicios básicos, es decir, a costa de la calidad de vida de la mayor parte de la población. "En breve la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos", había dicho en declaraciones públicas el ministro de Economía, Luis Caputo, respecto del uso de ahorros de la población para gastos fijos y diarios. Lo cierto es que la capacidad de ahorro se ve cada vez más deteriorada y, como contracara, aparece una realidad poco visibilizada: el creciente endeudamiento de las familias argentinas para comprar alimentos, pagar servicios e impuestos, comprar algo de ropa, tratar de alquilar un techo y sobrevivir.
En lo concreto, el 54% de los hogares del país ya destina entre el 20 y 40% del total de sus ingresos mensuales al pago de deudas. A su vez, el 18% de los hogares llega a destinar entre el 40 y 50%, el 12% hasta un 60% de sus ingresos para deudas y el 6% destina casi todo lo que gana. Solo el 3% de los hogares destina menos de un 10% de sus ingresos a saldar deudas acumuladas.
Los datos se desprenden de un informe presentado por el Departamento de Estadísticas del Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de la Provincia de Córdoba, en base a un relevamiento a nivel nacional. Al respecto, una de las herramientas que encontraron las familias para financiarse en un marco de crisis de ingresos es a través de las compras con tarjetas de crédito, junto con otros canales de endeudamiento doméstico.
Según la misma fuente, el 26% de los hogares dijo tener deudas con tarjetas de crédito y entre las principales causas de dicha deuda se destacó la compra de alimentos, de ropa y el pago de impuestos y servicios. Vale recordar que a partir del conjunto de desregulaciones incluidas en el DNU 70/2023 el costo de financiar gastos corrientes como alimentos y medicamentos con tarjeta de crédito es más caro ya que se eliminaron los topes de interés punitorio que las empresas pueden aplicar por pagos mínimos y atrasos, teniendo ahora las familias que hacer frente a subas mucho más altas que las del 2023, donde existía un límite del 50% por sobre la tasa de financiación.
Asimismo, la liberación de precios que promueve la Libertad Avanza perjudica a los comercios ya que tampoco existe control sobre el tope que les cobran por el servicio. Se suman como condicionantes la posibilidad de que cualquier entidad pueda emitir tarjetas de crédito y que ya no es obligación informar en detalle las tasas y condiciones de los préstamos a los usuarios, todo lo que en definitiva lleva a una mayor desprotección en una coyuntura que incrementa la necesidad de herramientas para tratar de llegar a fin de mes.
Además de tarjetas de crédito las familias recurren a préstamos de dinero por parte de familiares (10%) sumado a la carga de deudas bancarias (9%). También se mencionaron las deudas contraídas con servicios privados como internet, celular, cable (8%), en educación privada (8%), en el pago de impuestos y expensas (8%), en alquileres (7%), por fiado (7%), así como deudas por no llegar a cubrir servicios públicos como agua, luz, gas (6%), prepagas (5%), y con financieras y prestamistas (5%). En cuanto a las deudas bancarias, un punto a resaltar es que en un 37% tienen que ver con la refinanciación del pago de las propias tarjetas de crédito. Le siguen en importancia los créditos personales (23%), créditos prendarios (12%) y créditos hipotecarios (9%).
Sobre la situación legal o administrativa de dichas deudas, el 63% de los hogares admitió estar en mora. En detalle, el 41% dijo estar en mora con gestión administrativa de cobro, al tiempo que el 22% también en mora, está en proceso judicial. Solo el 37% de las deudas de los hogares argentinos está en situación regular. En relación, el 11% de los hogares cuyas deudas se encuentran en instancia judicial, sufren embargo de sueldos, de bienes y/o bloqueos de cuentas bancarias.
Cabe mencionar que el incremento del peso de la deuda en los hogares argentinos es parte de un proceso que se aceleró en nuestro país desde 2018 a la par del préstamo millonario que el FMI le concedió al entonces gobierno de Mauricio Macri, y la crisis económica-financiera desencadenante, dando paso hoy a un marco donde el 93% de las familias posee algún tipo de deuda en Argentina. A su vez, el 57% de esos hogares posee entre dos y tres y el 8% restante afronta más de tres. Por año, el 18% de las deudas contraídas datan del 2022 o de años anteriores; en tanto que un 47% fueron tomadas durante el 2023; y el restante 35% fueron deudas que se contrajeron durante solo la primera mitad de este año.
Deuda para alimentos y techo
El informe al que accedió este medio indagó también en el origen de las deudas con tarjetas de crédito, las de mayo incidencia en el endeudamiento doméstico. Al respecto, en un 54% de los casos la población recurre a tal modalidad de pago para la compra de alimentos. Le siguen la carga de combustible (16%), pago de impuestos y servicios (12%), acceder a alguna indumentaria (11%) y, en menor medida, a gastos como electrodomésticos (5%) y otros (2%).
En cuanto al acceso a alimentos vía crédito, el último dato disponible de las ventas en supermercados que releva el Indec, evidenció que en el marco de una caída sostenida de la comercialización con siete meses consecutivos en baja (noviembre -1,7%, diciembre -6,6%, enero -13,9%, febrero -11,4%, marzo -9,3% y abril -17,6% y mayo -9,7%), se incrementó el uso de tarjeta de crédito por parte de las y los consumidores. Así, en mayo había escalado al 44% de las ventas totales, muy por arriba del uso del débito (30%), y del efectivo (17%). Este guarismo es el máximo de la serie desde 2017, y nuestra un crecimiento de 6,2 puntos comparado con un año atrás. Mientras, el efectivo y débito están entre los niveles más bajos de la serie.
En el caso de las compras de indumentaria, el informe de ventas minoristas de la CAME resaltó que en julio “hubo liquidaciones masivas de productos y mucha estabilidad de precios, pero igual se compró poco. Los comercios que venden con tarjetas concentraron las ventas con ese medio de pago. En algunos casos reportaron hasta 90% de sus operaciones con plásticos”
Respecto de alquileres y servicios, según un informe del espacio Inquilinos Agrupados que cruzó datos de la Canasta Básica Total (INDEC) sumado los gastos de alquiler y expensas para distintos tipos de hogares según su propia encuesta nacional, y los valores de Ingresos Familiares relevados por la Encuesta Permanente de Hogares, se indicó que el 72% de los inquilinos que viven solos y alquilan son pobres. En el caso de los hogares de 3 integrantes la pobreza alcanzaría a casi el 80% y en los hogares con 4 o más integrantes al 88%.
Finalmente, en cuanto a las expectativas de los hogares sobre su situación financiera en los próximos meses, el 55% de los hogares encuestados considera que podrá saldar sus deudas recién durante el próximo año, un 23% cree que podrá hacerlo antes de finalizar el 2024, mientras un 18% considera que no podrá saldar la totalidad de las deudas pendientes y un 4% prefirió no responder.