Según pudo saber Letra P de fuentes inobjetables de la Casa Rosada, el texto está redactado desde hace algunos días y se espera la firma inminente del jefe de Estado para su publicación en el Boletín Oficial. Una vez que entre en vigencia, ninguna persona podrá solicitar un cambio en su DNI, un derecho consagrado por la Ley de Identidad de Género 26.743, sancionada en mayo de 2012. El decreto presidencial de julio de 2021 le dio a Argentina el status de primer país de la región en reconocer identidades más allá de las categorías binarias de género.
La medida se suma a la prohibición del lenguaje inclusivo en la administración pública nacional y al desfinanciamiento de los programas de salud reproductiva, destinados a garantizar el cumplimiento de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Es un capítulo más de la guerra política y narrativa más amplia de la cúpula libertaria contra la diversidad sexual y las políticas de género institucionalizadas en los últimos años, antes de la llegada de Milei al poder.
De acuerdo al censo 2023, en la Argentina existen 8.293 personas que se autoperciben como no binarias, de las cuales unas 1.500 solicitaron el cambio de su documento para registrar su identidad como no binaria. Con el decreto que firmó Alberto Fernández en 2021, el gobierno adecuó el sistema de registro e identificación nacional en la órbita del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) a la Ley de Identidad de Género, que reconoce el derecho a la identidad de género como una vivencia interna y subjetiva que no depende de las características biológicas ni de las categorías impuestas de varón y mujer.
Gracias a esto, Argentina se sumó a otros países como Alemania, Canadá, India e, incluso, algunas jurisdicciones de Estados Unidos como Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania, que también reconocen géneros por fuera del binomio masculino y femenino. Los alcances de este decreto involucran a las identidades no binarias y otras en el pasaporte y en la documentación de todas personas con DNI emitido por nuestro país, independientemente de su nacionalidad o estatus migrante, refugiado o apátrida
En otras palabras, en Argentina, como en Estados Unidos, hasta hoy existe la opción de incorporar la nomenclatura “X” en el DNI para todas las personas que no se identifiquen como varón o como mujer.
Javier Milei y una marcha atrás
No es la primera vez que el Presidente recurre a un decreto para gobernar y evitar el debate parlamentario. El constitucionalista Andrés Gil Domínguez Domínguez le dijo, a Letra P, que la vía para eliminar el DNI no binario debería ser la derogación de la Ley 26.743; algo que, de todos modos, iría en contra de la Constitución y de distintos tratados de derechos humanos a los que adhirió Argentina.
"La Constitución y los tratados internacionales reconocen la identidad de género como un derecho, por eso no se puede eliminar con un simple decreto, porque no sólo va en contra de la ley, sino que sienta un precedente regresivo respecto a la consolidación de un derecho adquirido como este", comentó Gil Domínguez. El experto aclaró, también, que el Estado no puede desconocer los documentos que hasta ahora ya emitió con este género.
Manu Mireles, una activista trans no binaria y co-fundadora de la organización Mocha Celis, alertó que esta medida estaría "no sólo en contra de un derecho fundamental, que pone en riesgo la identidad de las personas, sino que también pondría en jaque a la democracia". "No existe democracia posible si todas las personas que la hacemos posible no somos parte", argumentó.
Para la docente de la UBA y UNTREF, la administración mileísta "ha demostrado a través del desfinanciamiento de otras políticas de género que es profundamente homoodiante y transodiante". Advirtió que al decreto le seguirán una seria de reclamos populares y judiciales.
La batalla cultural y política de La Libertad Avanza
La decisión de eliminar el documento no binario se inscribe en la batalla cultural y política que la cúpula libertaria viene dando en paralelo al avance de las reformas económicas. De hecho, la narrativa anti progresista, en la que tuvieron mucho que ver la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor Santiago Caputo, toca desde las fibras más sensibles de la diplomacia internacional, hasta la cotidianeidad de la administración pública nacional, pasando por la estética de la Casa Rosada.
No por nada el Presidente reforzó su cruzada libertaria en contra de las recomendaciones de Naciones Unidas, el organismo internacional que promueve las identidades de género, y otras iniciativas que chocan con su conservadurismo como la Agenda 2030 y el Pacto de Futuro. Esta avanzada de Milei incluye también el sueño de conformar un gran bloque internacional anti-agenda wokecon Estados Unidos, Italia e Israel, una propuesta que llevó en persona a la CPAC hace dos semanas.
A su estilo, y en su ámbito de influencia, lo mismo hizo El Jefe el 8 de marzo pasado, en el Día Internacional de la Mujer, al ordenar que cambien el nombre del Salón Mujeres Argentinas del Bicentenario, inaugurado en 2009 la por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por Salón de los Próceres.
El correlato más reciente sucedió este martes. Milei anunció que prohibirá el traslado de presos por cuestiones de género. “Sólo en un país cuyos valores han sido trastocados puede permitirse semejante barbaridad. Con nosotros esta estupidez se termina. Vamos a prohibirlo, los delincuentes no van a poder solicitar un cambio de penal bajo el paraguas de la identidad de género”, afirmó. Todo indica que, incluso una vez publicado el decreto que elimina el DNI no binario, no será la única medida en contra de los derechos de las minorías.