Un hogar de altos ingresos destinará un promedio de $ 15.000 al pago de las boletas de luz y gas durante junio. Aunque representa una suba importante con respecto al año pasado, el desembolso que harán los argentinos de mayor poder adquisitivo por sus servicios públicos representa un 3,5% de sus ingresos. En sectores de menor poder adquisitivo, esa proporción cae: es entre 1,6% y 1,8% del RIPTE (el registro de ingresos).
Aunque subió el costo del gas y la electricidad para hogares de altos ingresos -ganan más de $ 500.000 mensuales, quieren acceder al dólar ahorro o no llenaron el registro de subsidios para solicitarlo-, siguen existiendo muchas disparidades entre las distintas jurisdicciones. Un hogar en Neuquén paga por la luz un 250% más que su equivalente -con los mismos niveles de consumo- en La Rioja.
Una casa en Tucumán paga una quinta parte de lo que abona ese mismo hogar en la mayoría del interior de la provincia de Buenos Aires en la boleta de gas.
Estas asimetrías tienen dos orígenes. En la distribución eléctrica, las provincias se manejan por su cuenta, pero el Gobierno nacional regula a Edenor y Edesur. De esa forma, las provincias fueron avanzando con sus distribuidoras a un ritmo diferente al de Buenos Aires. En el caso del gas, hay más de 30 tarifas diferentes en todo el país. Incluya zonas muy subsidiadas -como las patagónicas-, otras con fuertes descuentos (“zonas frías ampliadas”) y el resto del país.
En la oposición, desde Juntos por el Cambio hasta La Libertad Avanza, quieren revisar todos estos esquemas. En el oficialismo, el ministro de Economía Sergio Massa también aspira a realizar algunas correcciones. Pero serían desde el próximo mandato, si es que resulta elegido presidente en los próximos comicios presidenciales.
Un hogar categoría R2 “2” (consumo medio-bajo) paga $ 3.500 en La Puna, en una concesión de Gasnor. En cambio, desembolsa casi $ 15.000 por ese mismo consumo en la mayor parte del interior de la provincia de Buenos Aires, abastecida por Camuzzi. Y eso que hay ciudades de la geografía bonaerense -como Bahía Blanca-, donde los hogares poseen descuentos importantes con respecto al resto del país.
Una vivienda en Santiago del Estero -que consume 300 KwH mensuales, una suerte de promedio- destina $ 4.000 a ese servicio. En cambio, en Santa Fe, un hogar de las mismas características anda por los $ 12.000. El promedio país -siempre para usuarios de “altos ingresos- anda por los $ 6.800.
¿Qué explica la diferencia entre Santiago del Estero y Santa Fe?
Qué explica las diferencias entre Santiago del Estero y Santa Fe. Los gobiernos de cada uno de esos distritos autorizaron diferentes niveles de aumentos a las distribuidoras de cada provincia. El costo por la electricidad que pagan es el mismo. Pero EPE, de Santa Fe, tuvo luz verde para ir aumentando las boletas a un ritmo parecido al de la inflación, mientras que a su par santiagueña le concedieron menos esa posibilidad.
Edenor y Edesur, que están reguladas por el Estado nacional, estaban muy lejos del resto del país hasta este año. Poseían las tarifas más bajas de la Argentina. Tras las recientes correcciones, quedaron con boletas que son parecidas al promedio nacional. Aún así, Catamarca, Chaco, San Luis, Córdoba, Misiones, Salta, Entre Ríos, San Juan, Mendoza, Río Negro, Jujuy y Neuquén tienen boletas más elevadas.
Un hogar de altos ingresos en Neuquén pagará $ 15.000 por su boleta de luz. Se trata de las provincias que es sede de las represas hidroeléctricas, que el Estado nacional busca recuperar tras el vencimiento de su concesión.