Oreiro, que es uruguaya, pero vive y trabaja en la Argentina hace dos décadas, acredita una larga lista de éxitos tanto en televisión como en cine, que le permitieron ganar dos premios Cóndor de Plata -por "Infancia clandestina" y "Wakolda"- y ser sinónimo de éxito.
El desafío no fue solo para ella sino para la directora Lorena Muñoz y su coguionista, Tamara Viñes, así como para el elenco en el que se recortan Lautaro Delgado, Javier Drolas, Susana Pampín, Angela Torres, Roly Serrano, Daniel Valenzuela y Daniel Melingo, para recrear aquel momento.
Miriam, mejor conocida como Gilda, era maestra jardinera y decidió tomar el camino del la música cuando pasó los 30 años y pensó que lo que quería para su vida era ser cantante de temas escritos por ella misma, lo que logró con la ayuda de un arreglador, quien también fue clave en su vida.
Aquella mujer, casada y con dos hijos, no se detuvo ante quienes enfrentaron a su decisión, como su esposo, ni tampoco frente a la mafia que acaparaba el negocio ni la disyuntiva que significaba dedicarse a su familia o entregarse a la profesión, antes de su inesperado y trágico desenlace.
Después de filmes que la marcaron, como "Francia", "Miss Tacuarembó", "Infancia clandestina" y "Wakolda", Oreiro se convirte ahora en Gilda, con la meta de no frustrar a sus seguidores, comprometida como nunca antes, según explicó en diálogo con Télam, mientras acompaña el esperado estreno.
"Mi sueño por interpretar a Gilda nació cuando yo era muy chica, fui fan de ella cuando tenía 19 años, y a partir de ese momento fue muy importante en mi vida. La reversioné muchas veces en "Muñeca brava", la imitaba en las bailantas, y cuando fuimos una vez al carnaval de Gualeguaychú nos paramos en su santuario para ver su vestuario. A partir de ese momento imaginé interpretarla en cine. Fueron muchas las propuestas de muchos directores, pero creo que en la vida todo llega en el momento justo, para poder comprenderla en su lugar, porque ahora tengo su misma edad y soy mamá. De la madre que sufre cuando tiene que dejar a sus hijos para ir a trabajar de noche nació la idea de una Gilda más real, más humana".
Fuente Telám