El Papa Francisco anticipó este domingo que la guerra en Ucrania y la crisis migratoria europea serán dos de los temas sobre los que hablará en el viaje de tres días que hará desde el viernes a Hungría.
"El próximo viernes iré tres días a Budapest, en Hungría, a completar el viaje hecho en 2021 al Congreso Eucarístico Internacional, dijo el pontífice tras recitar la oración del Regina Caeli en el Vaticano, en referencia a la visita que hará del 28 al 30 de abril.
"Será también un viaje al centro de Europa, sobre la que continúan soplando gélidos vientos de guerra mientras los desplazamientos de tantas personas ponen a la orden del día cuestiones humanitarias urgentes", agregó.
El Papa adelantó así dos de los grandes ejes que tendrá su viaje internacional número 41, durante el que tendrá una agenda marcada por encuentros religiosos, sociales y políticos, incluido uno con el conservador premier húngaro Viktor Orbán.
La violencia en Sudán
Francisco también pidió el cese de la violencia y que se retome la vía del diálogo en Sudán, donde desde el 15 de abril se están viviendo enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
"Desgraciadamente, la situación en Sudán sigue siendo grave, por lo que renuevo mi llamamiento para que cese cuanto antes la violencia y se retome la vía del diálogo. Invito a todos a rezar por nuestros hermanos y hermanas sudaneses", dijo Francisco asomado a la ventana del palacio pontificio,
El papa ya ha realizado varios llamamientos para que cese la violencia en este país del que dijo "que tanto ha sufrido".
Los combates iniciados el 15 de abril entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) surgieron tras semanas de tensión en torno a la reforma de las fuerzas de seguridad en las negociaciones para formar un nuevo gobierno de transición.
Ambas fuerzas fueron los artífices del golpe de Estado conjunto que derrocó al gobierno de transición de Sudán en octubre de 2021.
Releer la historia de nuestra vida junto a Jesús
Antes de rezar el Regina Caeli en este tercer domingo de Pascua, el Papa reflexionó sobre el Evangelio del día.
El Pontífice subrayó la relevancia de releer nuestra historia junto a Jesús: la historia de nuestra vida, de un cierto período, de nuestras jornadas, con las desilusiones y las esperanzas. Porque, también nosotros, "como aquellos discípulos, podemos encontrarnos perdidos en medio de los acontecimientos, solos y sin certezas, con muchas preguntas y preocupaciones".
"El Evangelio de hoy -acotó- nos invita a contarle todo a Jesús, con sinceridad, sin temer molestarlo, sin tener miedo de decir algo equivocado, sin avergonzarnos de lo que nos cuesta comprender".
El Señor está contento cuando nos abrimos a Él
Solo con la apertura al Señor Él puede tomarnos de la mano, acompañarnos y volver a hacer que arda nuestro corazón, observó Francisco.
"También nosotros, como los discípulos de Emaús, estamos llamados a dialogar con Jesús, para que, al atardecer, Él se quede con nosotros ". agregó.
Una manera para aprender a mirar las cosas con ojos diversos
El Papa propuso un buen modo para dialogar con Jesús: dedicar un tiempo, cada noche, a un breve examen de conciencia. Se trata de releer la jornada con Jesús, abrirle el corazón, llevarle las personas, las decisiones, los miedos, las caídas, las esperanzas, todo lo que sucedió, para aprender gradualmente a mirar las cosas con ojos diversos, con los suyos y no solo con los nuestros.
"Así podremos revivir la experiencia de aquellos dos discípulos. Ante el amor de Cristo, incluso lo que nos parece fatigoso e inútil puede aparecer bajo otra luz: una cruz difícil de abrazar, la elección de perdonar una ofensa, una victoria no alcanzada, el cansancio del trabajo, la sinceridad que cuesta, las pruebas de la vida familiar"...
"Nos aparecerán -prosiguió- bajo una luz nueva, la del Crucificado Resucitado, que sabe transformar cada caída en un paso adelante. Pero para hacer esto es importante quitar las defensas: dejar tiempo y espacio a Jesús, no esconderle nada, llevarle las miserias, dejarse herir por su verdad, permitir que el corazón vibre con el aliento de su Palabra.
Algunas preguntas para la reflexión
El Sucesor de Pedro sugirió que podemos comenzar hoy dedicando esta noche un momento de oración durante el que preguntarnos:
"¿Cómo ha sido mi jornada? ¿Cuáles han sido las alegrías, las tristezas, los fastidios, cómo fue, qué sucedió? ¿Cuáles han sido sus perlas de la jornada, quizá escondidas, por las que dar gracias? ¿Ha habido un poco de amor en lo que he hecho? ¿Y cuáles son las caídas, las tristezas, las dudas y los miedos que he de llevar a Jesús para que me abra vías nuevas, me conforte y me anime?".
Al terminar su mensaje, Bergoglio deseó "que María, Virgen sapiente, nos ayude a reconocer a Jesús que camina con nosotros y a releer -la palabra: releer- ante Él cada día de nuestra vida".