No cabe otro calificativo más que lamentable. Si bien en la transmisión oficial del combate en la FAB entre Emanuel Lucero y Giuliano Canónigo buscaron darle calor y color al escenario, lo que sucedió debajo del ring resultó triste e inquietante. Porque el último round de la pelea tuvo que ser interrumpido porque se produjo un violento enfrentamiento entre barras de River, Excursionistas y de Huracán, en el que no sólo se tomaron a golpes de puños, sino que también comenzaron a arrojarse sillas.
Los incidentes se desataron en la definición del duelo entre Lucero y Canónigo, que aunque transcurría con normalidad arriba del ring, fue opacado por la batalla campal que estalló entre los fanáticos que estaban en la casa del boxeo, en Castro Barros 75, sede de la FAB en el barrio de Almagro. Se vive un “clima futbolero” habían anticipado desde la transmisión oficial.
Lo que comenzó como un fervor deportivo, en un instante se transformó en una auténtico caos y un papelón imposible de detener, todo frente a las cámaras. Con menos de dos minutos para el final del cuarto round, el desarrollo de la pelea fue interrumpido por el árbitro cuando advirtió que había problemas debajo del cuadrilátero. “A la barra de Excursionistas y de River que trajo (Sebastián) Bonifacio, se suma la del Globito de Parque Patricios (por Huracán), que acercó este chico, el uruguayo radicado en Buenos Aires, Giuliano Canónigo (radicado en Lanús que en la faja de su pantalón llevaba la inscripción “Quemero hasta la muerte”)”, contaron desde los micrófonos de TyC Sports.
El cruce entre los dos grupos, que comenzó con empujones y luego siguió con intercambio de golpes de puño se fue poniendo más tenso. Cuando ya el clima se volvió irrespirable afuera del cuadrilátero y empezaron a volar las sillas, fue cuando el árbitro de la pelea mandó a los dos boxeadores a sus rincones y luego decidió el final del combate, que hasta de esta suspensión tenía como ganador por puntos a Canónigo.
El cruce entre los dos grupos, que comenzó con empujones y luego siguió con intercambio de golpes de puño se fue poniendo más tenso. Cuando ya el clima se volvió irrespirable afuera del cuadrilátero y empezaron a volar las sillas, fue cuando el árbitro de la pelea mandó a los dos boxeadores a sus rincones y luego decidió el final del combate, que hasta de esta suspensión tenía como ganador por puntos a Canónigo.