La vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, designó esta tarde al dirigente radical Ricardo Gil Lavedra como su abogado defensor en la causa por el origen del dinero robado en su casa en noviembre pasado, tras la renuncia del estudio jurídico que la venía asistiendo.
Voceros de la funcionaria nacional afirmaron a la agencia oficial Télam que la renuncia del estudio de Alejandro Pérez Chada "no tuvo que ver con ningún malestar ni desacuerdo" y que "fue una formalidad" ya que la letrada María Masanti "asumió la defensa ante la urgencia con que hubo que actuar en la causa pero no era el estudio que Michetti pretendía para el seguimiento del caso".
La oficina de prensa de la Vicepresidencia precisó esta tarde que "ante la denuncia que recayó en el juzgado de Ariel Lijo el estudio Pérez Chada prestó colaboración para que no se demorara la presentación de Michetti en el expediente".no era el estudio que Michetti pretendía para el seguimiento del caso".
"Su intervención sería hasta tanto la Vicepresidenta designara al abogado que efectivamente llevará a adelante su defensa en este juicio. El mismo ha sido designado y se trata de Ricardo Gil Lavedra", añade la comunicación de Vicepresidencia.
El ex ministro de Justicia y ex legislador radical, Gil Lavedra, está actualmente trabajando como asesor en el programa Justicia 2020 que impulsa el ministro de Justicia, Germán Garavano, para reformular el sistema judicial argentino. En su curriculum se cuenta el haber presidido uno de los tribunales que juzgó en la década del 80 a los genocidas de la última dictadura militar.
La abogada María Masanti, del estudio que defiende al presidente Mauricio Macri,presentó este lunes la renuncia a la defensa de MIchetti en el juzgado federal de Ariel Lijo, a cargo de la causa abierta e impulsada por el fiscal federal Guillermo Marijuán.
La causa abierta es por la denuncia del abogado Leonardo Martínez Herrero, y los diputados Rodolfo Thailade y Juan Cabandié, por el origen del dinero y para investigar a la Fundación SUMA, de la Vicepresidenta.
El robo a la casa de la vicepresidenta (en ese entonces electa) Gabriela Michetti la misma noche del balotaje del 22 de noviembre va teniendo consecuencias cada vez más impensadas. El argumento de que esa plata que guardaba en la casa era para su fundación SUMA le provocó más dolores de cabeza que el robo mismo.
En primer lugar, puso la lupa sobre esa entidad que finalmente demostró no tener sus papeles en regla, no haber presentado balances y no registrar los sueldos que pagaba a su personal.
MIchetti afirmó que, de lo robado, 200.000 pesos que estaban en una bolsa de cartón provenían de donaciones a la Fundación, que 45.000 eran para el pago de refacciones en su vivienda y que los 50.000 dólares eran un préstamo de su pareja, Juan Tonelli Banfi, para pagar una maestría de su hijo.