Luego de haber sido declarados culpables por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Los ocho condenados fueron destinados a cumplir las diferentes sentencias en distintas unidades carcelarias de la provincia de Buenos Aires.
Por un lado, se prevé que Aryton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, condenados a 15 años de prisión, cumplirán la condena en el Complejo Penitenciario de Campana. Por otro lado, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi, cumplirán la pena en una cárcel de máxima seguridad.
En este contexto y para hablar sobre las cárceles de máxima seguridad, LV12 Radio Independencia dialogó con Jordi Tuli, un coach español que trabaja en el ámbito carcelario: "Desde la experiencia y desde la profesionalidad, sabemos que la máxima seguridad es lo que requiere el ingrediente perfecto para que todo esto se controle. Estamos hablando de criminales, de familias dolidas, de un país que está clasificado en la posición como número 1 en la delincuencia, y al día de hoy se está haciendo la gran labor de qué manera, no sé si es la correcta o no, pero si es cierto que se está mejorando en todas las situaciones", dijo sobre la situación de los rugbiers.
Situación carcelaria en España
La principal crisis en Argentina es que los condenados a prisión no se rehabilitan, no así, en España, un país con un protocolo de seguridad que si bien es muy controlado a través de la tecnología y las autoridades, se les brinda todas las comodidades y ayuda necesaria para que el preso pueda rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad.
Es a través de una entrevista detallada en donde psicólogos, educadores y trabajadores sociales, conocen la historia del interno, el detrás de su vida y de dónde vienen esos delitos. Una vez analizado su perfil, es separado por módulos donde cuentan con educación, locutorios, gimnasio, comida, piscina e incluso trabajo, "una oportunidad para que el interno pueda trabajar para generar ingresos". De esta manera, España gestiona todo desde una "forma muy serena y pacífica", generando ventajas para que interno pueda volver a insertarse.
"Al final tenemos que pensar y ser coherentes con lo que hacemos, para que también seamos congruentes, no todo el mundo tiene que pagar por lo mismo y efectivamente no es lo mismo, que uno robe por comer a que uno tenga una estafa por algún error de su vida, al que uno realmente requiera de una salud mental porque está realmente enfermo y haya cometido una violación. Entonces, hay que analizar muy bien al interno, hay que saber qué es lo que le está pasando a esa persona, de donde vienen esos delitos y cuál es la historia"
Es así, que desde la exploración, seguimiento, pacificidadad y tratamiento, España evalúa la evolución en el comportamiento del preso y determina si está en condiciones y si están arrepentidos para empezar a otorgarles, lo que llaman "premios".
En caso de que la persona condenada no presente las características necesarias para reinsertarse en sociedad, Tulis señaló que, son separadas y aisladas de los demás hasta que con el tiempo, "se van calmando y se empiezan a componer". Entonces, "se las vuelve a clasificar y se les pone con otras personas".
Bukele y las prisiones de máxima seguridad para las pandillas
Con respecto a las medidas tomadas por el presidente de El Salvador, en relación a las cárceles y las medidas extremas contras las pandillas, que por años traumaron a la sociedad. Tulis manifestó que desde España, Nayib Bukele, no está tomando el camino adecuado, ya que no se cree que la solución sea exterminarlos o el odio.
"Desde aquí se está viendo demasiado radical pero también hay que ver la parte humana, cuántas personas han sufrido esos dolores mientras esas pandillas estaban en la orden y manejo de todo. Estamos hablando de un tema muy importante y complejo, no hablamos solo de un presidente sino de ambos lados, no todo el mundo es igual y no hay que pagar justos por pecadores. Entonces, hablamos de familias que sufrieron el tema de las pandillas, luego hablamos de pandilleros que han querido cambiar de rumbo o no se han visto en otra obligación que delinquir para poder comer y luego, hablamos de gente que lo hace por gusto, gente que lo hace por estar enfermo y gente que le gusta realmente la maldad"