Muchas personas transitan a diario por la esquina de Corrientes y Catamarca y el caso de Carlos Posadas no fue la excepción. "Yo volvía de una reunión de padres en la escuela y me paré en la esquina a esperar que pase un auto para cruzar la calle. Fue 10 minutos antes del derrumbe", relató.
Para Carlos podría haber sido peor. "Por aquí paso constantemente, mucha gente también y sobre todo los alumnos del colegio Santa Cruz".
Por último, sostuvo: "Yo había visto unas paredes castigadas estaban soportando una loza muy pesada y ahora están los resultados. Me salvé de milagro porque esa lata me podría haber matado".