La fertilidad consciente es un método que busca echar luz sobre ese momento previo al embarazo. Las situaciones de estrés, los tiempos, las condiciones físicas y también psicológicas, entre otras cuestiones que se conjugan en ese momento en que una pareja decide ir en la búsqueda, son abordadas por diferentes propuestas de acompañamiento terapéutico y una de ellas es la de la fundación Nidra Mater. Su creadora, Jorgelina Galera, licenciada en administración, profesora de Yoga y fitoterapeuta, explicó en LV12 Radio Independencia en que consiste.
“La fertilidad consciente es un proceso personal en el que las mujeres se conectan con su poder interior, sus posibilidades, y se integra registrando deseos, miedos y todos los aspectos corporales, mentales y espirituales que se ponen en juego al querer convertirse en mamá. Lo que hablamos es de hacer más consientes algunos procesos, mandatos y miedos”, inició diciendo.
“Analizamos inquietudes como qué pasa con mi profesión cuando sea madre, revisamos también la historia de la pareja y de sus familias, que se decía de los niños, entre otras cosas. Acompañamos con trabajo corporal consciente y meditación, para comprender que pasa con la pareja, sobre todo cuando la llegada del niño se demora”, agregó.
Sobre este último punto, Galera remarcó que la concepción, cuando no llega, puede generar mucho estrés: “Muchas veces se genera mucho estrés, mucha ansiedad. Y esto ocurre también con la fertilidad asistida porque en cada etapa puede pasar algo que puede discontinuar el proceso. Eso genera mucha ansiedad y por eso nosotros trabajamos acompañando a las personas en ese momento y reuniéndolas con otras parejas que atraviesan el mismo proceso”.
¿Y qué con las mujeres que postergan la maternidad?
Ante esta consulta, Galera fue clara y trató de llevar tranquilidad: “Las mujeres que priorizan su profesión y llegan a los 35 o 40 años y recién tienen el deseo de ser madres, lo pueden hacer. Si bien las estadísticas de la medicina reproductiva son muy desalentadoras para mujeres después de los 35, porque la fertilidad comienza a caer en picada, tenemos muchas herramientas para cuidar la salud reproductiva y no estar presas de las estadísticas”.
“Podemos trabajar en nuestra salud reproductiva y mejorar la calidad de los óvulos, con nutrición, trabajo corporal y con hábitos saludables. Trabajar la salud del ciclo menstrual, que es lo que nos marca hasta que momento nuestro cuerpo está dispuesto a la maternidad”, agregó.
En este marco, señaló que todas estas prácticas no son tenidas en cuenta por la medicina general, “ya que se suele pensar que cuando una mujer tiene 40 años y ya viene buscando hace tiempo, se considera que esa mujer necesita una técnica de reproducción asistida”. “Otro tipo de medicina complementaria, como la medicina china, la ortomolecular o medicina integrativa, si tiene en cuenta hábitos, estilos de vida, trabajo corporal, hábitos nutricionales. Tienen una visión más integral de las personas y atienden a las particularidades de cada persona”, añadió.
Por último, Galera cerró con un mensaje a todas aquellas mujeres que deseen ser madres a una edad más avanzada: “Se puede ser madres a los 40 años y tener hijos sanos. Antes, a los 40 ya eran abuelas, pero hoy las cosas han cambiado. No seamos presas de las estadísticas, porque son de otro momento de la historia”.