Se trata de acusaciones relativamente «menores», pero inflamables en una Francia donde es tradicional que la élite política haya cursado estudios superiores en escuelas especiales de cierto renombre.
No sin cierta malevolencia y mucha sorna feroz, sus detractores subrayan tres versiones distintas de los estudios nunca finalizados, aparentemente, del nuevo primer ministro francés.
Según una primera version difundida a través de fuentes oficiales, ministeriales, Lecornu estaría «diplomado con un master de derecho público en la universidad Panteón Assas».
El calificativo «diplomado», harto impreciso, es sustituido en otras ocasiones oficiales por ambiguos «estudios de derecho en la universidad de París 2».
Sin coincidir completamente, esas dos versiones omiten lo esencial: el flamante jefe de gobierno, a la caza y captura de posibles ministros, habría omitido en sus CV oficiales y oficiosos que nunca habría terminado unos estudios abandonados precipitadamente por razones que tampoco están claras.
Esta aparentemente certificado que Lecornu consiguió el título de bachiller, que es el grado mínimo de formación entre los políticos franceses con algunas aspiraciones. También parece certificado que Lecornu inició en París los estudios que hubieran podido terminar con un «master» en derecho público. Varios medios influyentes han pedido al jefe de gobierno que «clarifique» esas «dudas» y «vacío» en su CV estudiantil. A última hora de la tarde del jueves, el primer ministro francés estaba «demasiado ocupado», intentando formar gobierno, para detenerse y responder a tales «nimiedades» que pudieran tomar flecos lamentables si Lecornu no diese una respuesta clara y precisa.