Un estudio revela que en Argentina, 7 de cada 10 personas que dedican más de cuatro horas diarias a tareas del hogar son mujeres.
En ciertos sectores y, especialmente, en algunas empresas que nacieron antes de la década del 90, persiste la idea de que las cualidades de firmeza y seguridad necesarias para el liderazgo requieren de una “fortaleza masculina”. Muchas organizaciones de mayor antigüedad aún operan con valores más conservadores, en comparación con aquellas que nacieron en contextos sociales y culturales más actuales.
Pese a que en el 92% de las organizaciones existen mujeres capacitadas para ocupar roles directivos, apenas el 16% logra acceder a estos cargos.
Las responsabilidades de cuidado y las tareas domésticas siguen recayendo de manera desproporcionada en las mujeres. Según los últimos estudios, 7 de cada 10 personas que dedican más de cuatro horas diarias a tareas del hogar son mujeres. Este tiempo que no pueden dedicar a su desarrollo profesional limita su productividad y las aleja de oportunidades de perfeccionamiento y capacitación, esenciales para avanzar en sus carreras.
El rol de los líderes, tanto hombres como mujeres, es fundamental para avanzar hacia una cultura laboral equitativa. Los líderes son los constructores de la cultura organizacional y tienen el poder de transformar estas estructuras desde dentro, asegura este informe.
Brecha salarial
La equidad salarial también es un aspecto ineludible. En Argentina, persiste una brecha salarial del 5,21% que favorece a los hombres, una diferencia que se evidencia en todos los niveles profesionales, desde posiciones junior hasta roles de supervisión o gerencia. La solución a esta problemática debe basarse en una política remunerativa que valore las habilidades, responsabilidades y nivel de exposición de cada rol sin distinción de género. Un cambio en la estructura salarial que asegure una remuneración justa para las mujeres es fundamental para que puedan desarrollarse plenamente en su trabajo.
FUENTE: Infobae