Faivel Wichter - como era su nombre original- había nacido en 1926 en Maski, Polonia, en una familia judía de siete integrantes. En 1939, con la invasión nazi, su vida cambió drásticamente. A los 13 años, tuvo que huir con su familia de Markuszew tras el bombardeo de la cercana ciudad de Kuruv donde vivió casi cuatro años trabajando en el campo, sometido a trabajos forzados y a la constante persecución antisemita.
En 1943, su padre fue asesinado por la policía polaca y su familia recibió la orden de concentrarse en Beelitz. Allí, en el sótano de la casa de un tío, fue seleccionado junto a su hermana Hanka para esconderse mientras los demás eran deportados. Nunca volvió a ver a su madre ni al resto de su familia. Desde entonces, sobrevivió escondiéndose en bosques y escapando de los nazis.
Faivel fue capturado y enviado a distintos campos de concentración: Poniatov, Budzin, Mieletz, Wieliczka, Plaszow y Gros-Rosen.
El 7 de mayo de 1945, Schindler anunció la rendición de Alemania y la liberación de los trabajadores. Faivel quedó libre, con solo algunas pertenencias. Llegó a Cracovia y luego a Roma, donde conoció a Hinda, su esposa. Juntos emigraron en barco hacia Argentina y desde 1947 se instalaron en el barrio de Villa Crespo, en Buenos Aires.
Desde entonces, Feiwel se cambió el nombre por el de Francisco Wichter y mantuvo en silencio su traumática experiencia durante décadas.
Fue en 1993, con el estreno de la película "La lista de Schindler" de Steven Spielberg, cuando decidió compartir su historia con su hijo Enrique.
Francisco le entregó a su hijo la novela "El arca de Schindler" de Thomas Keneally, con ciertos pasajes subrayados, señalando: "Estos fueron los lugares en los que estuve".
Esas vivencias Francisco Wichter las volcó luego en un libro al que tituló “Undécimo mandamiento”. Allí expresó: "Entrego a los demás mi memoria, quiero dejar, sobre todo a los que son jóvenes, un testimonio y el pedido ferviente de que cuando lo lean, tomen en sus manos la tarea de hacer un mundo mejor, donde hechos como éste no ocurran nunca más".