Hace 14 años conoció a su actual esposo mientras su hijo de 18 años estaba detenido; se casaron en la cárcel y hoy tienen un hijo de 12 años . Andrea destacó la importancia de acompañar a las familias durante la detención, apoyar a las mujeres y proteger el futuro de niñas, niños y adolescentes.
"La verdad que estamos muy conmovidos, muy maravillados con esto. Uno no está acostumbrado a que se hagan películas sobre su vida, pero la verdad que fue un trabajo de muchísimos años. Yo hace 8 años di una charla y ahí me escuchó un productor, se acercó y me dijo que quería hacer una película. Yo le dije que sí, pero pensé que era un chiquito estudiante de cine que iba a venir con el celular. Nunca nos imaginamos que iba a aparecer Benjamín Ávila, Natalia Oreiro y que iba a ser una película de estas que dan en los cines", comentó
El proceso de producción tuvo un fuerte compromiso social. Según Andrea, "todas las mujeres que trabajan en la película y que hacen de mujeres que van a la fila, son de verdad compañeras y familiares de personas privadas de la libertad".
El impacto de la película
La repercusión de la historia fue inmediata: "Nos están llegando mensajes de familiares de todo el país, preguntando si hay una organización, contándonos que se vieron reflejados y se sintieron identificados, que les pasó lo mismo. Es muy bueno que alguien lo haya contado, porque así no están solos. Lo que pesa en las familias también es el estigma: muchas mujeres no lo cuentan en el trabajo, tienen que trabajar doble y no dicen a dónde van ese día. Lo guardan para sí mismas, incluso muchas veces dentro de la misma familia, como si ellas fueran culpables de algo que no hicieron y que no buscaron".
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Andrea Casamento y su marido Alejo en su casa. Foto: TN
La dura realidad del sistema judicial
Andrea explicó además la dura realidad del sistema: "En Argentina tenemos el 50% de la población privada de la libertad que todavía no está procesada. Eso quiere decir que todavía no tuvo juicio para saber si era culpable o no, y sin embargo, desde el primer día cae sobre toda esa familia esa mirada, también sobre los niños. A veces hay alguna mamá que no quiere que vuelvan a juntarse con sus hijos, o la maestra los mira raro, cuando en realidad no hicieron nada."
Y continuó: "Yo tuve mucha suerte: mi hijo estuvo preso ocho meses porque moví cielo y tierra para que le celebraran el juicio lo antes posible. El trámite normal dura dos años. Entonces, mi hijo hubiera estado preso dos años para que después le digan: 'Perdón, usted no tuvo nada que ver'."
"Fueron ocho meses de terror. Primero, porque no sabés cómo enfrentar todo ese sistema; y segundo, porque no entendés el proceso judicial, el lenguaje penal, por qué hay que esperar y qué significan todas esas palabras difíciles que te dicen. Después, también, porque uno está muy angustiado. La gente no se imagina que en la cárcel no les dan de comer y que hay un montón de arbitrariedades adentro", agregó.
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Joaquín nació cuando Alejo todavía estaba detenido en Ezeiza. Foto: TN
El nacimiento de FILA
"En verdad, la asociación me atrajo a mí. Las mujeres de la fila fueron las que me abrazaron, me enseñaron y me ayudaron; fueron las que me fueron explicando. Con tres o cuatro empezamos a indagar si había un lugar que tal vez no conocíamos, donde pudiéramos ir y que nos expliquen cuáles son los horarios y todo lo que necesitábamos saber. Dimos muchísimas vueltas hasta que alguien nos dijo que el Estado no nos iba a dar eso que necesitábamos y nos sugirió que armáramos una asociación civil", reveló
Para finalizar, resaltó cómo la iniciativa creció con el tiempo: "Nosotras no sabíamos lo que quería decir, pero empezamos a buscar y la armamos. A partir de ahí, creo que la fila empezó a transformarse en una ronda: comenzaron a aparecer otros familiares, abogados, psicólogos, trabajadores sociales y un montón de gente que se acercó para ayudarnos. La asociación tiene 20 años y estamos para acompañar a las personas que estén pasando por esta situación. Tenemos una línea de teléfono que atiende 24 horas a personas privadas de la libertad, que generalmente nos llaman para decir que necesitan asistencia médica. Muchas veces pasa que el abogado te miente, que te van a sacar mañana y empeñas tu casa, tu auto, tu hijo… y te mintieron. Asesoramos un poco en todo esto y, además, denunciamos donde corresponde un montón de cuestiones que deberían ser modificadas".