La forma de hablar nunca permaneció estática en nuestra historia y es un reflejo claro de que la cultura que se expresa a través del lenguaje, es la que se modifica y lo modifica. La profesora de español Tamara Mathov habló en LV12 sobre ¿Por qué el lenguaje no binario tiene aún tanta resistencia?
El universal en nuestra lengua es el masculino. El ser humano, el hombre, los médicos, los chicos, los alumnos, todo lo que integre a personas, siempre tiene a la "o" como regla general. Porque bueno, fueron ellos quienes se sentaron a patentarlo mientras las feminidades estaban, ya sabemos, limpiando, cuidando a les hijes y haciéndose cargo de todas esas tareas tan necesarias como invisibilizadas.
"Hay claramente un posicionamiento político en ambos sectores, elegir usar un lenguaje inclusivo y elegir no usarlo".
En este debate, hay algo muy difícil de definir que es la teoría del huevo o la gallina: ¿es el lenguaje el que modifica a la sociedad o es la sociedad la que modifica el lenguaje? Para Mathov, la segunda opción es la respuesta. "Diría que el proceso es el inverso, que ciertas modificaciones culturales se reflejan en el lenguaje. Ante nuevas realidades y nuevas interpretaciones, buscamos nuevos modos de expresión. Parece que la lengua, tal como estaba, no nos permitía expresar los cambios psíquicos y políticos que se fueron dando a lo largo de los años, entonces recurrimos a una serie de modificaciones que resultaron en el lenguaje inclusivo", sostiene la especialista.
"Cuando el progresismo avanza, se despiertan fuerzas reaccionarias. Cada una de las conquistas de los feminismos nos aportan ejemplos de esto. Es probable que cuánto mayor sea la reacción, más cerca estemos de lograr una modificación real. En lo estrictamente lingüístico, todas las generaciones miraron con terror como les mas jóvenes 'corrompían' la lengua. Si revisamos discusiones de hace veinte años, veremos muches adultes escandalizades por palabras como 'chatear', 'linkear', que hoy en día son mucho más aceptadas", especificó Tamara Mathov.
Para finalizar, indicó que "respecto al lenguaje inclusivo, la RAE parece estar modificando su discurso. En el año 2012, cuando el foco era el lenguaje no sexista que pretendía desdoblar todas y todos, varones y mujeres, la RAE argumentaba problemas lógicos y sistémicos que hacían aparentemente 'imposible' el uso de este lenguaje. El uso del lenguaje inclusivo, que comenzó a expandirse en los últimos años, pone en jaque la mayoría de estos argumentos".

