Tucumán es una tierra que ha sido bendecida por la naturaleza. Adónde quiera que mires, hay espacios perfectos para el desarrollo de actividades de turismo aventura y de disfrute para los comprovincianos y para los turistas. Sólo falta poner manos a la obra; y eso se hace cada vez más. Para identificar nuevas oportunidades y para recorrer nuevos sitios turísticos ya en desarrollo, el presidente del Ente Tucumán Turismo (ETT) visitó la comuna de Santa Ana.
Con las nuevas tendencias en el turismo, cada vez más relacionadas a la naturaleza, es fundamental que los atractivos turísticos se amplíen a las comunas y ciudades pequeñas para diversificar la oferta y fomentar el desarrollo regional. Al crear nuevos espacios para el turismo, se genera empleo local, se mejora la infraestructura y se distribuyen los beneficios económicos más equitativamente. Además, esto ayuda a descongestionar los destinos más populares, promoviendo un turismo más sostenible y accesible. Y eso persigue Santa Ana, con el incipiente desarrollo de un balneario para disfrute de turistas este verano.
De la visita también participaron el secretario general del Ente Marcos Díaz, la diputada Elia Mansilla, el comisionado rural de Santa Ana Hernán Romano y Damián Neira de la cooperativa "Apacheta Construir". En medio de la naturaleza se esconde el "El diquecito de la 10", este espacio que promete ser el nuevo atractivo de la comuna rural. Allí se inició el recorrido de las autoridades. “Hoy venimos a ver este desarrollo, que más que un balneario es toda una estructura de esparcimiento para la gente de Santa Ana y para los visitantes. Este es un lugar único por su vegetación y por lo que significa para los tucumanos. Desde nuestra institución vamos a aportar y a colaborar con los materiales necesarios para que esto se materialice de una vez por todas. Queremos también empezar a trabajar en un programa de desarrollo sustentable para cuidar y preservar toda esta vegetación, que es una reserva provincial”, destacó Amaya.
Mientras las autoridades caminaban, la naturaleza se desplegaba en un verde profundo, con árboles imponentes y el sonido constante de los cauces de agua que corrían cerca. El silencio solo era interrumpido por el canto lejano de aves. A medida que exploraban el sitio, las ideas fluían con naturalidad. Pensaron en cómo potenciar este paraíso oculto, impulsando el desarrollo de infraestructuras sostenibles que respeten el entorno. Hablaron de caminos, espacios de descanso y actividades para atraer turistas sin alterar la armonía natural. “Es importante esta visita y que estemos apostando a esto que nuestro Gobernador y nuestro Ministro del Interior nos pidieron: desarrollar, dentro de nuestros territorios, espacios para disfrute de la naturaleza”, resumió el comisionado rural, que destacó el trabajo codo a codo con el ETT para que “el diquecito” despegue y se convierta en una parada obligada para el turista.
Neira, que integra el equipo técnico que desarrolla las novedades, comentó que “lo que se está proyectando es armar un atractivo turístico en Santa Ana. Lo que se está haciendo es levantar este lugar con recursos naturales propios del sitio; se proyecta también armar un sector social, que sería un quincho, y un núcleo sanitario con baños para que el lugar tenga todas las comodidades para el visitante”.
La diputada Mansilla se mostró muy contenta por la sinergia entre distintos estamentos del Gobierno y destacó el trabajo que la comuna viene realizando para poder abrir el balneario. “Con estos calores que se vienen y con todas las situaciones que estamos viviendo, la gente va a buscar otros rumbos, otras actividades. Y acá, en Santa Ana, nos están mostrando un lugar maravilloso, con ríos, con mucha naturaleza, y con mucho para el que quiera visitar”, resaltó.
Santa Ana es un lugar histórico debido a su vinculación con la actividad azucarera, que fue clave en su desarrollo durante los siglos XIX y XX. La ciudad fue sede del ingenio más importante de Sudamérica, que transformó la economía local e hizo del pueblo un centro industrial de gran importancia en la región. El ingenio no sólo impulsó la producción de azúcar, sino que también fomentó la construcción de infraestructura. En esta visita, los funcionarios también recorrieron el Chalet del administrador del ingenio Santa Ana, un sitio histórico que podría volver a sus años de gloria a partir de un proyecto de revalorización ya en marcha.