El jefe del Servicio Crítico Integral Pediátrico del hospital Avellaneda, doctor Tomás Fiori, contó que el equipo a su cargo lleva siete años de trabajo sostenido e intersectorial, con crecimiento en su capacidad de internación y en abordajes mínimamente invasivos, priorizando los cuidados de salud mental y la contención de pacientes y familias, así como el entrenamiento permanente en comunicación asertiva y formación de líderes a futuro.
El médico de Terapia Intensiva Pediátrica del hospital Avellaneda, doctor Pedro Rafael Rotger, repasó un poco del camino recorrido y afirmó que nacieron de una necesidad muy patente a nivel sanitario, como fue el brote de bronquiolitis de 2016: “El número de camas de terapia no era suficiente para atender la gran demanda que había en ese momento y la dirección del Siprosa junto con la del hospital tomaron la decisión de crear una terapia intensiva que pudiera ayudar a palear esa situación tan agobiante. Entonces nacimos con seis camas y de a poco a través de los años fuimos creciendo y desarrollándonos en diversos sectores para brindar desde este lugar la mejor medicina que pudiera darle mayores respuestas a los niños que ingresaban a la terapia intensiva”.
El primer equipo que se formó fue el médico y en el momento que se abrió la Terapia Intensiva, cuenta el jefe del sector, se buscó personal de enfermería que no hubiera tenido experiencia en esta área para poder formarlo desde la base. “Así es que caminamos juntos estos siete años con capacitación continua, el Avellaneda al no tener hasta ese momento terapia intensiva pediátrica, no contaba con muchas especialidades médicas y cuando empezamos con la unidad crítica pudimos a la vez sumar nuevos especialistas”, contó el doctor Tomás Fiori.
Actualmente la terapia se divide en subsectores y cuenta con 20 camas: 12 de agudos y 8 de pacientes crónicos dependientes de tecnología, otro de los servicios que se brindan dentro de la terapia intensiva para aquellos pacientes que van a requerir mucho tiempo de internación conectados a un respirador, pero no tienen otro dispositivo más que una traqueotomía o una gastrostomía, en cuyos casos se busca garantizar la mejor estadía y calidad de vida posible en un lugar que, a pesar de la dificultad de los pacientes, sea alegre, donde se celebran los cumpleaños, se ofrece mayor tiempo de presencia a los padres y en este sentido se destaca la vocación muy particular de enfermería en el cuidado y en la atención de estos niños.
La Terapia Intensiva, explicó Fiori, necesita siempre del especialista quirúrgico, motivo por el cual cuentan con el apoyo del equipo itinerante de enfermedades quirúrgicas neonatales y pediátricas de la provincia, a cargo de la doctora Cecilia Puga Nougués: “A ellos les agradecemos profundamente, porque desde hace un tiempo están trabajando a nuestro lado y sumaron la Terapia Intensiva al trabajo que hacen en todas las neonatologías de Tucumán”.
Uno de los objetivos que se propuso el servicio a mediano y largo plazo es generar nuevos equipos y líderes en la especialidad, que suele exponer a los profesionales que la eligen a situaciones de estrés casi constantemente, pero que es indispensable para el sector sanitario: “Necesitamos formar nuevos equipos y líderes, de forma que se puedan ir renovando a medida que pase el tiempo. Como en toda profesión, siempre se debe tener continuidad y el equipo y líder nuevos a su vez tienen la tarea de sumar novedosos proyectos y visiones para el futuro”.
“Trabajamos de forma mancomunada médicos, enfermeros, kinesiólogos, el equipo quirúrgico itinerante y sobre todo el de salud mental, que hoy es un arma fundamental post pandemia para nosotros, no solo para el apoyo psicológico de los pacientes, sino para el de los padres, son los facilitadores para la comunicación con el familiar, que es una etapa fundamental y en la que hacemos hincapié desde el sistema crítico pediátrico”, resaltó a la vez que ponderó no solo el diálogo entre pares y con las familias, sino la permanente capacitación y entrenamiento, que cobran un rol relevante en la labor diaria del sector y en lo que se conoce como la humanización de las terapias intensivas.
Siguiendo esta línea Fiori destacó que entre un 95 a un 97% de los pacientes terminan afortunadamente externándose desde la terapia intensiva a las salas: “Esto se debe en gran parte a todo lo que fuimos creciendo los cuidados críticos, la informatización, la tecnología, la comunicación y los facilitadores como salud mental. Con el tiempo, el objetivo que nos planteamos es que cada vez menos chicos estén críticos y que podamos reducir los métodos invasivos, por ello hacemos uso de todas las herramientas posibles para tratar de que los abordajes sean moderados, la ventilación no invasiva nos dio esa facilidad”.
“Nuestra misión es salvar vidas y nuestra visión es que esas vidas se salven de la mejor manera todos los días, para eso se necesita equipo, integración, liderazgo y comunicación. A futuro proyectamos continuar bajo esta misma línea de trabajo, seguir formando nuevos equipos y líderes, que haya más tecnología, más comunicación y sobre todo terminar de formar el equipo quirúrgico pediátrico de este hospital, mejorando siempre el grado de satisfacción laboral de todo el personal de salud de nuestra unidad”, dijo respecto a los desafíos por venir.
Al momento de dar un mensaje a los futuros profesionales de la salud, Fiori habló sobre una problemática que aqueja en la actualidad y comentó que, a nivel mundial, como en Argentina y la provincia, la especialidad pediátrica ha ido perdiendo énfasis y son muy pocas las personas que están ingresando a esa residencia tan fundamental.
“Si tenemos menos pediatras tendremos mucho menos personal de salud que se dedique a los cuidados críticos neonatales y pediátricos. Hace 20 años me dedico a esta profesión y mi mensaje a todo estudiante es que haga esta especialidad, es muy necesaria, desde este año se abrió la residencia de cuidados críticos pediátricos con una currícula muy distinta a la que estamos acostumbrados, que apunta a la atención integral, necesitamos más gente que aprenda a salvar vidas de una forma ordenada, capacitándose, con innovación, con tecnología, con informática y con comunicación”, reflexionó el jefe de servicio.
Por su parte la sub-jefa del Servicio Crítico Integral Pediátrico, doctora Senovia Hernández, puntualizó que, al constituirse como un servicio integrado, articulan tanto con la guardia de emergencias como con otros servicios de la provincia que les derivan pacientes: “Manejamos principalmente al paciente moderado, al grave y al que presenta secuelas. Nos llegan desde la guardia o desde otros efectores de la provincia niños derivados que necesitan cuidados críticos, pero nuestra idea es poner énfasis en el tratamiento para no llegar a las secuelas, ni a la criticidad”.
“Uno de los tratamientos que hacemos en la terapia es la ventilación no invasiva. El nuevo paradigma en el mundo es no llegar a invadir al niño y prevenir los riesgos que conlleva que ingrese al respirador, obviamente hay niños que por su evolución y patología tienen que llegar, pero nosotros tenemos esta arma que es la ventilación no invasiva para tratar de evitarlo”, dijo a la vez que comentó se cuenta con personal interdisciplinario capacitado para ello.
Finalmente, respecto a los servicios que han surgido a partir de la terapia, Hernández sostuvo que llegaron tres especialistas en neurología infantil, un especialista en gastroenterología y una cardióloga: “Necesitamos también de kinesiólogos que trabajen en la unidad crítica, no solamente para los pacientes agudos, sino para los crónicos también y para llegar a formar el equipo quirúrgico crítico el Ministerio nos mandó ya dos cirujanas pediátricas que están trabajando con nosotros”.
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