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La historia del tucumano que deleita a los ingleses con sus empanadas

Bernardo Neville se instaló en Reino Unido en 2009, se casó, fue papá y fundó el local gastronómico Chango. "Algún día me gustaría regresar", confesó.

En 2004, el tucumano llegó a Europa y se mudó a Reino Unido. Consiguió un trabajo como cuidador de caballos gracias a sus conocimientos en la materia y logró crecer hasta instalarse en territorio británico. Aquella experiencia de dos años finalizó con su regreso a la Argentina.

Bernardo Neville es el más chico de 10 hermanos y en Tucumán, su provincia natal, la gastronomía no era el fuerte de su familia. Cuando su papá, empresario y emprendedor, vendió su compañía, decidió invertir en un restaurante sin tener mucha idea de qué se trataba. Aquella iniciativa sembró el concepto que marcaría la vida del menor de sus hijos.

Bernardo, de 47 años, terminó la secundaria y se apasionó por la agronomía. Estudió cinco años en su provincia, hasta que en 2001 abandonó la carrera para mudarse a Estados Unidos.

“Estuve hasta 2003. Luego descubrí que, por intermedio de mi abuelo irlandés, podía tramitar el pasaporte europeo”, recordó.

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Cuando retornó al país se asoció con un amigo para llevar a cabo diversos negocios relacionados con la industria frutícola y al carbón. Permaneció tres años en su provincia, hasta que en 2009 regresó al Reino Unido para darle vida a Chango, una cadena de locales de empanadas argentinas que comenzó con un pequeño puesto en la localidad de Richmond.

Descubrí que todo lo argentino llamaba la atención. Y siempre fui inquieto, tuve ganas de hacer. Primero pensé en un servicio de catering. Hasta que en una visita a Londres vi a unos argentinos vendiendo empanadas. Me enfoqué en ese producto”, relató Bernardo.

Estaba solo y contaba un ahorro que iba a ayudarlo a vivir durante los primeros meses. Un dinero no contemplado para aquella inversión. Sin embargo, apostó por aquella iniciativa: “Comencé con Chango en 2010, sin nada. Con recetas que me pasaban mis amigos en Tucumán, junto a un pariente salteño que sabe hacer empanadas. Cocinaba y vendía yo”, indicó.

Bernardo agregó: “Mis amigos viajaban y cocinaban conmigo. Así fui armando mis propias recetas. Los primeros seis meses hacía todo yo. Luego contraté a una señora que me ayudaba a cocinarlas”.

Sin inversión externa, apostó por la venta en los markets ingleses y en las ferias gastronómicas que giraban alrededor de los municipios londinenses. El crecimiento fue tan frenético como impensado.

Pasé de tener una ayudante a varias personas trabajando en los markets. El primer gran avance fue ese. Luego alquilé una fábrica, hasta que en 2013 abrí el primer local en Richmond. El segundo fue en Wimbledon, en 2016″, indicó Bernardo.

El secreto del éxito de las empanadas argentinas en Reino Unido

El empresario, casado con una inglesa, padre de Ralph y a la espera de otro bebé (aún no saben el sexo), advirtió en la pandemia una gran oportunidad para expandir su marca. “A los locales gastronómicos nos permitían estar abiertos. La gente salía a tomar un café o comer algo en un parque. Era lo único que se podía porque los restaurantes estaban cerrados. Así que tenía gente esperando en la calle todo el tiempo”, contó.

En cuanto a la carne, Bernardo aseguró que “con que sea medianamente buena es suficiente”. Utiliza cortes magros, más fáciles de cortar y consumir. “No hace falta comprar carne argentina, porque lo importante no es la carne si no el proceso. Todo lo que acompaña a la carne hace a la empanada”, reveló el tucumano, que desde el principio se enfocó en potenciar el sabor de las salsas que acompañan el producto.

Y continuó: “Consigo carne de Irlanda, es la mejor en cuanto a relación precio y calidad”. Actualmente, tiene cinco locales y un sexto que abrirá en las próximas semanas. Todos en Londres. 40 empleados distribuidos en esos comercios, entre los que trabajan varios argentinos que lo buscan para pedirle empleo.

“En relación con la posibilidad de emprender, este país es para sacarse el sombrero. Te ayudan bastante, todo es bastante simple. Desde registrar una empresa hasta facturar. Todo funciona muy bien. Te controlan, obviamente, pero no buscan perjudicarte. Es un país muy bueno para emprendedores”, precisó Bernardo.

Entre sus gustos, se destacan la tradicional de carne cortada a cuchillo, jamón y queso, pollo picante y calabaza con queso de cabra. Las seis unidades tienen un valor de 15 libras (cerca de $4000, sin contar los impuestos para las compras en el exterior).

“En el local, si comprás una de carne te sale 3,25 libras. Pero tenemos una promo de tres empanadas por 9 libras. La docena sale 30 libras y puede pedirse fría, directamente para congelar”, dijo Bernardo.

En el local, aconsejan que la permanencia en la heladera sea solo de cinco días y en el freezer no dejarlas más de tres meses: “Para mejores resultados animamos a mantenerlos congelados hasta el momento de servir. Instrucciones para calentar: precalentar el horno por 15 minutos a 230 grados, colocar las empanadas adentro por 8 minutos (si están descongeladas) a 12 minutos como máximo (si están congeladas)”.

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Me gustaría llegar a 10 locales, largar la franquicia y desprenderme un poco del negocio. Estoy muy involucrado y me gustaría enfocarme en mi familia. Lograr ese equilibrio. Ser dueño de una cadena de locales te consume bastante, todo el día diría. Mi objetivo ahora es delegar todo lo que pueda”, afirmó Bernardo.

Y completó: “No le cierro la puerta a volver a mi país. El hecho de regresar es complicado porque mi mujer es inglesa. Pero hace poco compramos una casita en Tucumán, en Tafí del Valle. Tratamos de ir dos meses por año para que mi hijo no pierda el contacto con sus tíos y primos. Algún día me gustaría regresar”.

FUENTE: TN

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