El jueves pasado, en el marco del Día Mundial del Riñón, desde el Ministerio de Salud de la provincia de Tucumán desarrollaron distintas actividades.
Considerando la gravedad y el impacto en la salud de las poblaciones de las Américas de la enfermedad renal crónica, las autoridades sanitarias llevaron adelante la iniciativa que apunta a prevenir y controlar las enfermedades cardiovasculares a través de un enfoque pragmático e integral, que busca dar una respuesta eficaz en el manejo de hipertensión y prevención secundaria de enfermedades cardiovasculares.
En este contexto LV12 se contactó con la doctora Mara Del Pino, referente del Programa de Salud Renal, para informarnos sobre la coyuntura de la enfermedad renal crónica en Tucumán.
Los nefrólogos refieren que la prevalencia de esta enfermedad es del 12,7% de la población y recuerdan que los riñones cumplen funciones esenciales en el organismo, filtrando desechos y toxinas y eliminándolas por la orina. También regulan la presión arterial y generan hormonas.
"Nosotros como programa de salud renal, siempre tratamos que la gente entienda que la patología renal puede ser secundaria, o por una complicación de otra patología como por ejemplo sucede en las patologías cardiovasculares, oncológicas, o de índole inmunológica que puede hacer una consecuencia de una enfermedad renal. Hay enfermedades muy conocidas como la diabetes que pueden derivar en una enfermedad renal crónica, ya que por más que el paciente esté en un tratamiento endocrinológico, necesita una mirada o visión de una asistencia renal y nefrológica", explicó.
Una enfermedad silenciosa
Respecto a otros causantes de fallas renales la especialista comentó "hay otros casos en los que llegamos al diagnóstico en un paciente que nunca se había realizado un control y nos encontramos con que tiene un problema renal, es decir, que se trata de una enfermedad que se diagnostica en forma tardía porque no se ha previsto en años anteriores la posibilidad de hacer algún laboratorio para poder hacer un diagnóstico precoz de la patología ya que en etapas tempranas la enfermedad no tiene síntomas. Tenemos una evolución entre aproximadamente diez años donde la enfermedad renal está totalmente oligosintomática y cuando comienzan a aparecer los primeros síntomas ya es un poco tardío".
En lo que tiene que ver con las manifestaciones de síntomas, Del Pino aclaró "nosotros contamos tanto en la red privada, como en la red pública con la posibilidad de realizar un laboratorio de orina en donde se realiza un análisis de medición cuantitativa de proteínas en orina, y con ese pedido de laboratorio más la determinación de función renal podemos determinar en qué etapa de enfermedad renal se encuentra el paciente o si es que cuenta con algún daño renal, y a partir de ahí investigar cuales podrían ser las causas de dicho daño".
En esta misma línea agregó "cuando aparecen los síntomas de una enfermedad renal estamos hablando de una etapa tres a cuatro, ya cuando aparece la etapa cinco consideramos que necesita un tratamiento de reemplazo de la función renal".
"Hay ciertas enfermedades que son hereditarias, aunque esto no quiere decir que sean más fáciles de diagnosticar, pero al tener un antecedente familiar el paciente está un poco más orientado y tiene un conocimiento sobre a qué nefrólogo deberá concurrir", remarcó.
Ocho reglas de oro
- Lo primordial sería una buena hidratación, algo que por supuesto se modifica de acuerdo al clima donde uno vive. Nosotros tendríamos que estar con un mínimo de uno a ocho vasos por día, siempre y cuando la persona no tenga una 0patologia renal.
- Evitar la automedicación , principalmente medicamentos autoinflamatarios que pueden provocar algún daño al riñón. El uso prolongado de un medicamento, es decir, superior a los cinco días ya tiene que estar bajo el control de un médico.
- Mantener una presión arterial estable.
- Control de la glucemia.
- Mantener un peso saludable, adecuado a la altura de cada uno.
- No fumar.
- Evitar el sedentarismo. Nosotros sugerimos una caminata de por lo menos 30 minutos diarias.