Los otros dos están vivos y han sido trasladados a Texas, México. Fueron encontrados en una casa de madera a las afueras de la ciudad fronteriza mexicana de Matamoros.
Su secuestro desencadenó una búsqueda frenética tras la difusión en las redes sociales de un vídeo en el que se veía cómo se los llevaban. Se cree que los cuatro fueron capturados en medio de enfrentamientos entre cárteles rivales.
Los ciudadanos estadounidenses habían viajado a México para someterse a una "cirugía estética".